El nido de una abeja se llama colmena y está hecho de cera de abeja, que está hecha de miel. La miel se forma a partir del néctar recolectado por las abejas obreras. Las abejas almacenan la miel en sus estómagos y la regurgitan como cera de abejas. Dentro de la colmena hay células hexagonales llamadas panales, que contienen miel, néctar y polen. Una vez que se completan las primeras paredes celulares, la abeja pone los huevos directamente en las paredes.
Las abejas seleccionan las ubicaciones de las colmenas que están protegidas del frío y el mal tiempo. Buscan agujeros en los árboles, grietas de roca o cavidades en el suelo. Las abejas se agrupan en sus colmenas para mantener la temperatura a una temperatura constante de 85 a 95 grados Fahrenheit, que es la temperatura necesaria para que la reina se reproduzca.
El propósito de la abeja reina es poner huevos y asegurar la supervivencia de la colmena al producir miles de niños. Una abeja reina es elegida por las abejas obreras en función de su tamaño. Una vez que la reina llegue a la edad adulta, se apareará con 10 o más abejas macho.
Después de aparearse, la abeja reina almacena millones de espermatozoides dentro de su cuerpo, que conservará durante la mayor parte de su vida. Cuando se queda sin esperma almacenado y ya no puede reproducirse, es reemplazada por una nueva reina.