Los cachorros de Lhasa apso deben alimentarse al menos dos veces al día y tener acceso a mucha agua. También necesitan entrenamiento y socialización regulares desde una edad temprana para evitar que se vuelvan agresivos con los extraños.
Aunque los apsos de Lhasa son pequeños, fueron criados para ser perros guardianes. Esto los hace naturalmente protectores de sus familias y tímidos con los extraños, lo que hace que la exposición temprana a personas desconocidas y las situaciones sean especialmente importantes para esta raza. También tienden a ser perros independientes, porque se esperaba que trabajaran solos como perros guardianes. Comenzar el entrenamiento de obediencia a una edad temprana puede ayudar a superar estas tendencias asertivas. Sin embargo, las sesiones de entrenamiento deben ser cortas y divertidas para mantener al cachorro motivado.
Los lhasas son conocidos por sus abrigos largos y lujosos. Muchos propietarios cortan estas capas un par de veces al año para minimizar los requisitos de aseo. Las personas que mantienen los abrigos de sus perros por mucho tiempo necesitan cepillarlos todos los días para evitar tapetes y enredos.
Esta raza también es conocida por algunas dificultades en el desalojo de casas. Los propietarios generalmente deben esperar supervisar constantemente a sus cachorros al principio. Esto se puede lograr usando una correa de sujeción o puertas para bebés para mantener al cachorro cerca. Cuando la supervisión es imposible, confinar al cachorro en un área pequeña es una buena idea. Algunos expertos recomiendan la capacitación en jaulas para ayudar con la capacitación en el hogar.