La Guerra Revolucionaria afectó a las mujeres al colocarlas en roles no tradicionales. A medida que los hombres se lanzaban a la guerra, dejaban a las mujeres para ocupar los puestos que normalmente cumplían los hombres.
Antes de la guerra, muchas mujeres se quedaban en casa con la familia o tenían trabajos que se consideraban "roles de mujeres", como costureras y criadas. A medida que más hombres salían para luchar por los Estados Unidos, las mujeres se encontraban incapaces de pagar por las necesidades básicas, como alimentos y ropa. Esto los llevó a solicitar puestos de trabajo que ya no estaban ocupados por los hombres y dado que la fuerza laboral vio rápidamente una escasez de hombres, las empresas no tuvieron más remedio que contratar a las mujeres. Esto, a su vez, cambió la sociedad al mostrarle al mundo que las mujeres podrían hacer mucho más que cocinar, limpiar y tener hijos.
A medida que las mujeres cumplían roles importantes, el pensamiento de que las mujeres eran inferiores a los hombres comenzó a cambiar. Las leyes antes y durante la guerra no reconocían a las mujeres como iguales a los hombres en áreas como la economía, la política y los derechos civiles. Sin embargo, la guerra cambió esto y las mujeres de todo Estados Unidos comenzaron a competir por sus derechos. Este fue un punto de inflexión para el país, ya que allanó el camino para la igualdad de los sexos.