La tasa de desempleo afecta la deuda, los impuestos y el crecimiento general de la economía. Cuando una persona pierde un empleo, ya no puede pagar sus deudas o impuestos y gasta menos. Todas estas cosas pueden ser devastadoras para la economía.
Si una persona está desempleada, no puede pagar deudas como saldos de tarjetas de crédito, hipotecas y préstamos para automóviles. Cuanta más deuda tenga una persona, menos dinero tendrá que devolver a la economía. Demasiada deuda también hace subir las tasas de interés. Las altas tasas de interés impiden que las personas tomen préstamos, lo que impide que la economía prospere.
Pagar impuestos también es difícil para los desempleados. Existen impuestos federales y estatales que mantienen a la economía funcionando sin problemas. Cuando el número de ciudadanos que pagan impuestos disminuye a medida que aumenta el desempleo, esto crea un déficit financiero para el gobierno de muchas maneras. Sin el dinero suficiente que se paga en impuestos, no hay fondos para cosas como la aplicación de la ley, los tribunales y los programas gubernamentales. Esto se traduce en una desaceleración económica.
Si alguien está desempleado, tiene menos dinero para gastar en artículos discrecionales. La mayor parte de su dinero se gasta en necesidades tales como alquiler, comida y servicios públicos. Un menor gasto puede llevar a una sobreproducción y menos ganancias en muchos mercados de la economía.