Los diamantes tienen muchos usos, que incluyen el uso para dar forma y pulir otras gemas, y los diamantes artificiales se usan en brocas y otras herramientas. Los diamantes también se usan en las ventanas que cubren los rayos X y las cámaras de vacío. Los diamantes tienen una variedad de usos diferentes porque son 58 veces más duros que el corindón, el siguiente mineral más duro de la Tierra. Debido a su dureza, los diamantes pueden usarse para cortar rocas y no astillar ni crear fricción cuando se usan a altas temperaturas. Hoy en día, solo el 20 por ciento de los diamantes del mundo se utilizan en joyería. El otro 80 por ciento se usa de diferentes maneras.
Los diamantes están hechos de carbono. Se desarrollan cuando el carbono se calienta y se presuriza, y el calor y la presión hacen que el carbono forme una unión irrompible. Cuanto más se sienta el diamante, más difícil se vuelve. La mayoría de los diamantes se forman a profundidades de entre 87 y 118 millas en el manto de la Tierra. Cuando se cosechan los diamantes, varían en color de amarillo o gris a incoloro. De vez en cuando, puede surgir un diamante que es azul, marrón, naranja, púrpura o rojo.
Los diamantes se usan para conducir el calor y para recubrir microchips para conducir la electricidad. A menudo se utilizan en equipos láser de laboratorio y para herramientas de corte y perforación.