Ni un voltímetro ni un amperímetro miden la resistencia directamente; un voltímetro mide el voltaje y un amperímetro mide el amperaje o la corriente. Sin embargo, utilizando la ley de Ohm, la resistencia se puede calcular a partir de cantidades conocidas de voltaje y corriente.
El voltaje se define como la presión que empujan los electrones a través de un sistema, mientras que el amperaje o la corriente es el número de electrones que se mueven a través del sistema. La resistencia, por otro lado, es una medida de cuánto un material se opone al flujo. Para relacionar los tres, la ley de Ohm establece que la resistencia es igual al voltaje dividido por la corriente. Esto significa, entonces, que un aumento en la presión aumentará la cantidad de oposición al flujo, al igual que un mayor movimiento de electrones.