Los antihistamínicos administrados a los perros tratan los síntomas de las alergias. Los antihistamínicos alivian los síntomas de alergia pero no la causa subyacente. Los antihistamínicos, como la difendramina, también pueden tratar la enfermedad de Cushing y el mareo por movimiento en los perros. La dosis de antihistamínico varía según el peso del animal, y los dueños solo deben dárselos a los perros bajo la guía veterinaria, informa PetMD.
Los antihistamínicos pueden causar somnolencia, diarrea, hiperexcitabilidad y vómitos en los perros, y una sobredosis de antihistamínico puede matar a un perro. Algunos antihistamínicos de primera generación, como la ciproheptadina, pueden aumentar el apetito en los perros, informa el Manual veterinario de Merck.