En América del Norte, los mapaches jóvenes pueden ser presa de gatos monteses, lobos, coyotes y grandes búhos cornudos. Los perros domésticos pueden atacar a los mapaches, pero los gatos no son una amenaza. En las áreas de la antigua Unión Soviética donde se han introducido los mapaches, sus principales enemigos son los lobos, los linces y las lechuzas.
Aunque se sabe que los mapaches viven más de 20 años en cautiverio, su esperanza de vida en la naturaleza es de solo 1.8 a 3.1 años, dependiendo del tráfico local, la caza y la severidad de los inviernos. Un mapache joven puede perder a su madre por inanición, particularmente en inviernos largos y fríos, y solo la mitad de los jóvenes sobreviven su primer año. Son susceptibles al moquillo, que, en una epidemia, puede matar a la mayoría de la población local de mapaches. El tráfico intenso y la caza extensiva representan hasta el 90 por ciento de las muertes de mapaches adultos.