Un círculo perfecto es simbólico de algo que es completo, completo, ideal y eterno; un círculo no tiene final ni principio, lo que lo hace sinónimo de ideas y procesos cíclicos. Por ejemplo, un anillo de bodas circular se usa como un símbolo de amor eterno.
Las culturas a lo largo del tiempo han utilizado el círculo para representar a personas o ideas consideradas impecables. Se colocaron halos en las cabezas de importantes figuras religiosas, como Jesús y María, para simbolizar su pureza y plenitud.
Una serpiente que se come a sí misma parece ser un círculo perfecto. Esto es simbólico del ciclo interminable de destrucción y renacimiento que se produce en la Tierra, una asociación que hizo que este símbolo se convirtiera en sinónimo de reacciones químicas.