El veneno, la enfermedad hepática, el nivel bajo o alto de azúcar en la sangre y la enfermedad renal son algunas causas comunes que pueden desencadenar convulsiones en los perros, según WebMD. La anemia, la lesión en la cabeza, un problema de electrólitos y un derrame cerebral también pueden provocar convulsiones.
Las convulsiones, también llamadas epilepsia, se producen debido a explosiones repentinas e involuntarias de actividad eléctrica en el cerebro de un perro, explica WebMD. La contracción y la agitación incontrolable son síntomas típicos de una convulsión y pueden durar desde segundos hasta varios minutos. Otros síntomas incluyen sacudidas, rigidez, colapso y pérdida de conciencia. Un perro que babea, mastica su lengua o hace espuma en la boca también puede estar sufriendo una convulsión.
La convulsión de gran mal, donde existe una actividad eléctrica inusual en todo el cerebro, es el tipo más común de convulsión, afirma WebMD. Otro tipo de convulsión se llama convulsión focal, donde la actividad eléctrica anormal afecta solo a una parte del cerebro. Una convulsión de gran mal implica convulsionar y perder el conocimiento, mientras que una convulsión focal causa movimientos extraños en una sola extremidad o en un lado del cuerpo. Otros tipos de convulsiones incluyen la convulsión psicomotora y la epilepsia idiopática.
El dueño de un perro debe mantener la calma, deslizar lentamente a su mascota de los muebles y alejarse de la boca del animal para evitar que la muerdan, sugiere WebMD Es crucial llamar a un veterinario inmediatamente una vez que finaliza la crisis.