La causa más común de un olor desagradable en una secadora es el exceso de pelusa en la trampa de pelusa. El calor de una secadora hace que la pelusa se queme, dejando un olor que permanece en el tambor donde vuelta de ropa.
Si una persona mantiene limpia la trampa de pelusas, debe mirar alrededor de la lavandería para encontrar disolventes o pinturas que puedan estar causando un olor repentino. El calor de una secadora amplifica los olores de esos químicos, por lo que dichas sustancias deben mantenerse en una habitación diferente. Si las máquinas de lavandería están en el garaje, las pinturas y los productos de limpieza deben mantenerse a una distancia de al menos 50 pies. Si el olor recuerda al moho, es posible que la ropa haya estado en la lavadora demasiado tiempo al final del ciclo. Sacar la ropa de la lavadora no más de seis horas después de que finalice el ciclo minimiza el riesgo de este olor a moho.