Según la Sociedad Americana para la Prevención de la Crueldad a los Animales, los perros que comen vaselina a veces experimentan trastornos gastrointestinales, como dolores de estómago, vómitos o diarrea. Además, existe una posibilidad muy pequeña de neumonía si el bálsamo se lleva a los pulmones mientras se come o vomita desde el estómago, de acuerdo con la ASPCA. La ASPCA explica que el petróleo en el producto causa la angustia.
El Servicio de Información de Venenos Veterinarios considera que la vaselina tiene una baja toxicidad para los perros. El servicio indica que no es necesario tomar medidas importantes cuando un perro consume vaselina. Sin embargo, si el perro pierde líquidos por los vómitos o experimenta deposiciones sueltas, se debe proporcionar agua adicional para prevenir la deshidratación. Además, si aparece algún síntoma adicional, se debe consultar a un veterinario, aconseja el servicio.
La vaselina no siempre es una molestia para los perros y sus dueños. Cesar's Way, el sitio web para el entrenador de perros Cesar Millan, recomienda usar vaselina para proteger a los perros en invierno. El producto proporciona una barrera entre el hielo, la nieve, la sal y los pies de un perro. Cesar's Way informa que, antes de sacar a un perro al aire libre en un clima frío, un propietario debe frotarse vaselina o un bálsamo protector comercial en las almohadillas de los pies del perro. A su regreso, los pies del perro deben secarse, y otra capa de la sustancia debe aplicarse, de acuerdo con Cesar's Way.