La perspectiva económica se centra en cómo se distribuyen los recursos en un entorno organizativo. Las filosofías que se derivan de la perspectiva económica se concentran en aprovechar o manipular esos recursos.
Un ejemplo de la perspectiva económica sería cómo el gobierno de los EE. UU. puede tener un déficit para financiar una guerra pero no puede hacer lo mismo con los veteranos de guerra. La perspectiva se centra en cómo los recursos pueden distribuirse y aprovecharse entre los dos.
Hay otras tres perspectivas asociadas con la perspectiva económica: el procesamiento de la información, que se centra en la naturaleza de la información en una organización; la perspectiva motivacional, concentrada en lo que obstaculiza la satisfacción del trabajador; y la perspectiva política, definida en términos de conflicto organizacional interno.