Un tratamiento facial galvánico implica el uso de corrientes eléctricas para rejuvenecer y estimular la piel. Este tratamiento ayuda a facilitar el transporte de nutrientes importantes a la piel para mejorar la circulación, limpieza, luminosidad e hidratación. Como resultado, ayuda a suavizar las arrugas, aumentar el flujo de sangre y tensar los músculos.
Este tratamiento generalmente se administra en muchos spas, y una sola sesión dura aproximadamente 1 hora. El primer paso es limpiar y secar la piel con un gel especial con carga negativa. Este paso se conoce como desincrustación, que ayuda a limpiar los poros de la piel. El gel con iones negativos se elimina con un paño húmedo y un segundo gel con iones positivos se aplica a la piel. El segundo gel se deja en la piel durante el uso del equipo.
El gel con la carga positiva se utiliza para proporcionar nutrición a la piel. Este proceso se conoce como iontoforesis. El esteticista utiliza un mensajero especial con una base de cromo para conducir la corriente hacia la piel. Esto ayuda a redistribuir la energía a través de la piel.
Los tratamientos galvánicos no solo se usan en la cara, sino también en todo el cuerpo. Se puede utilizar para reducir la celulitis y mejorar la circulación sanguínea.
