En economía básica, los recursos laborales, o simplemente el trabajo, es uno de los tres factores principales de la producción, los otros dos son la tierra y la entrada. En el sentido más amplio, la mano de obra se puede definir simplemente como la capacidad de trabajar o suministrar trabajadores a una industria o sector económico determinado.
Un recurso laboral a menudo implica cierto grado de esfuerzo humano en el proceso de producción, como con una sola persona o un equipo de trabajadores. En otras palabras, los recursos laborales implican las contribuciones mentales y físicas de un empleado hacia la producción de bienes. Para algunos economistas clásicos, los recursos laborales también incluyen información tecnológica y soporte de mercadeo, siendo este último el responsable de entregar el producto terminado a un lugar de intercambio donde finalmente se venden bienes. La compensación dada a los recursos laborales se denomina habitualmente salarios.
En la teoría marxista de la economía, los recursos laborales asumen otro papel crítico. Como un nivel de equivalencia debe mantenerse entre el costo de producir un producto y su precio final en el mercado, Marx argumentó que los capitalistas obtienen la mayoría de sus ganancias en otros lugares, es decir, en el lugar de producción. En consecuencia, los trabajadores son retenidos sistemáticamente a nivel salarial y se les hace proporcionar más producción de la que compensan sus salarios, proporcionando lo que Marx llamó "la plusvalía del trabajo". Por lo tanto, según esta teoría, la máxima explotación de los recursos laborales es esencial para la acumulación óptima de riqueza por parte del propietario.