La interdependencia global significa dependencia mutua a nivel internacional. Los países dependen unos de otros para ciertos productos. La importación y exportación de diversos bienes y servicios contribuyen en gran medida a la interdependencia global.
Los productos básicos, como el petróleo, han formado una interdependencia global entre los países que producen estos productos y los que los necesitan. Con la globalización económica, los lugares en todo el mundo están vinculados a través de actividades como el comercio, la producción y el consumo. El crecimiento económico de una nación depende cada vez más del bienestar económico de sus socios comerciales, ya que las economías nacionales se integran a través del comercio global. Las relaciones sociales en todo el mundo conectan regiones distantes e intensifican las relaciones entre estas naciones.
La globalización promueve la competencia entre países y permite a las corporaciones beneficiarse de costos laborales más bajos en países en desarrollo. Esto es posible gracias a una división internacional del trabajo y acuerdos de libre comercio. Las compañías en particular subcontratan la manufactura a áreas de menor costo, que generalmente se encuentran en países en desarrollo con pocas regulaciones ambientales y sin salario mínimo. Por ejemplo, la industria de confección de ropa ahora se ha trasladado a países en desarrollo en Asia, África del Norte, Europa del Este y América Central.
Según la Oficina de Apoyo y Coordinación de Desarrollo Económico y Social de las Naciones Unidas, las mejoras tecnológicas y las políticas orientadas a abrir las economías nacionales a la competencia también han contribuido al crecimiento de la interdependencia global. Es importante promover un enfoque coherente de la formulación de políticas para garantizar que la globalización extienda sus beneficios a muchos países.