La competencia cultural es un conjunto de prácticas, actitudes y procedimientos que permiten a las agencias, organizaciones y empresarios interactuar de manera efectiva con otras culturas. Los componentes de la competencia cultural incluyen habilidades interculturales, cosmovisión personal propia. cultura, visión de las diferencias culturales y conocimiento de otras prácticas culturales.
La práctica de la competencia cultural prevalece especialmente en los campos de la salud, la educación y los recursos humanos y en las organizaciones sin fines de lucro. El concepto fue promovido por primera vez por profesionales de la salud que reconocieron la importancia de poder comunicarse de manera efectiva con trabajadores migrantes, inmigrantes y refugiados para administrar la atención que salva vidas. En el campo de la educación, la competencia cultural es vital para comunicarse con los estudiantes y sus familias y ayudar a los estudiantes de diferentes culturas a tener éxito académico.
En el lugar de trabajo, la competencia cultural está estrechamente relacionada con un énfasis en la diversidad. Valorar la diversidad incluye reconocer las diferentes maneras en que los miembros de diversas culturas se comunican, piensan y se comportan, e integra esas diferencias de manera que los miembros con poca representación se sientan valorados e incluidos dentro de una organización. La práctica de la competencia cultural crea una mejor comunicación a pesar de las barreras del habla y fomenta estrategias de motivación culturalmente conscientes y una mejor comprensión de las perspectivas y comportamientos de los demás, según el autor de "Bridging Cultural Barriers for Corporate Success", Sondra Theiederman