El metabisulfito de sodio se utiliza como conservante de alimentos, antioxidante médico y desinfectante para equipos de elaboración de cerveza y vinificación. Evita el crecimiento de bacterias en el equipo y en bebidas alcohólicas fermentadas, y extiende la vida útil anestésicos locales y hormonas inyectables evitando que se oxiden.
Para la elaboración y elaboración de cerveza, el metabisulfito de sodio se vende como tabletas Campden. Estas tabletas matan las bacterias y las levaduras silvestres que crecen en el proceso de hacer vino, sidra y cerveza. También eliminan el cloro del agua, lo que permite utilizar agua municipal tratada químicamente para la elaboración de la cerveza.
El metabisulfito de sodio no tiene efectos adversos con las dosis normales de alimentos en personas que no son alérgicas a sus componentes químicos. Las personas alérgicas a los sulfitos deben evitar el metabisulfito de sodio debido a la posibilidad de una reacción. La exposición a grandes cantidades de metabisulfito de sodio, como en un entorno industrial, puede causar una pequeña irritación de la piel o malestar digestivo.
Cuando se combina con agua, el metabisulfito de sodio forma dióxido de azufre, un gas de olor desagradable al cual algunas personas tienen una reacción adversa. Debido a esto, el metabisulfito de sodio ha sido reemplazado en algunas aplicaciones de desinfectantes por peróxido de hidrógeno. El metabisulfito de sodio también forma dióxido de azufre cuando se combina con ácidos fuertes o se calienta a altas temperaturas.