Cuando Mansa Musa, el emperador de Mali en el siglo XIV, regresó del Hajj o de la peregrinación a La Meca, lo acompañaron eruditos, burócratas y arquitectos árabes, cuya influencia colectiva en Mali fue marcadamente positiva. /strong> El arquitecto Ishaq El Teudjin, en particular, introdujo varias técnicas avanzadas de construcción.
Los edificios que El Teudjin diseñó incluían una mezquita en Gao, la segunda ciudad más grande de Mali, y otra en Timbuktu, que aún sigue en pie. Estas mezquitas, junto con las bibliotecas y las universidades, permitieron una educación islámica mayor y más intensiva en Mali.
El renombre de Musa atrajo el comercio y la erudición al país, y Tombuctú se convirtió en una de las capitales del mundo islámico. En ese momento, esto significaba que también era una de las ciudades más avanzadas de todo el mundo, y Timbuktu era sin duda el centro cultural y comercial del África subsahariana islámica.
La peregrinación del emperador también atrajo la atención de los cartógrafos europeos a la tierra natal de Musa, Mali. Por primera vez, en 1339, Malí apareció en un mapa europeo, junto con el nombre y la imagen del propio Mansa Musa.
La fama de Musa fue establecida en gran parte por su extravagante entorno y gastos extravagantes. Cada ciudad por la que pasó recibió una donación de sus riquezas. También se sabía que ordenó la construcción de una mezquita si el día era viernes cuando se detuvo.