El ruido de fondo, incluso en niveles bajos, afecta negativamente la concentración. Demasiado ruido también eleva los niveles de estrés y la presión arterial, y el ruido constante empeora los síntomas en lugar de conducir a la habituación.
El aprendizaje emocional, la planificación, el razonamiento y la fuerza de voluntad son todas funciones del córtex prefrontal, una característica importante del lóbulo frontal del cerebro. El ruido constante de bajo nivel afecta al cuerpo de la misma manera que otros factores estresantes y desencadena la liberación de la hormona cortisol. En condiciones normales, el cortisol es vital para restablecer la estabilidad en el cuerpo después de una experiencia traumática, pero demasiado cortisol afecta negativamente la función de la corteza prefrontal. Esto significa que el ruido de fondo perturbador afecta la capacidad de tomar decisiones, pensar con claridad y regular el comportamiento social. La corteza prefrontal también desempeña un papel en la memoria a corto plazo, lo que significa que el sonido perturbador afecta el aprendizaje y la memoria. El estrés causado por el sonido también puede disminuir la dopamina en la corteza prefrontal, lo que afecta la función cerebral superior.
Sin embargo, es posible que no todo el ruido sea perjudicial para la concentración y la función cerebral. Varios estudios encuentran vínculos entre la música, especialmente la música clásica, y la mejora de las habilidades de razonamiento espacio-temporal. Algunas veces llamado el Efecto Mozart, varios experimentos sugieren que escuchar música clásica mejora la función en las regiones del cerebro que son más útiles en temas relacionados con las matemáticas.