Europa es el único continente sin al menos una región desértica. Para calificar como desierto, un área debe recibir menos de 10 pulgadas de lluvia anual.
Hay muchos factores que contribuyen a la falta de un desierto en el continente europeo. Un factor es la distancia de Europa desde el ecuador. Otra es que hay una gran presencia de cuerpos de agua relativamente cálidos que rodean el continente, incluida la Corriente del Golfo del Atlántico en el norte y el Mar Mediterráneo en el sur, que promueven la lluvia. Finalmente, la parte sur del continente es montañosa, y la humedad atrae los vapores que causan la formación de nubes de lluvia. Si bien el cambio climático puede hacer que algunas áreas de Portugal se clasifiquen como desiertos, esta es una preocupación lejana.