Las barreras naturales que protegían a Egipto de la invasión eran el mar Mediterráneo que limita con el país al norte, los numerosos rápidos y cascadas, conocidas como cataratas, que formaban la sección sur superior del río Nilo, los desiertos expansivos al este y al oeste, y el masivo desierto del Sahara al sur. La civilización del valle del río de Egipto coexistió con la antigua civilización mesopotámica.
La antigua sociedad egipcia dependía en gran medida del río Nilo. A diferencia de la inundación irregular de los ríos Tigris y Éufrates que rodeaban Mesopotamia y allanó el camino para una invasión constante, el desbordamiento periódico anual del Nilo y el aislamiento geográfico del país permitieron a los egipcios vivir en paz y estabilidad.