Los pescados grasos, las nueces y otros alimentos con ácidos grasos omega-3 aumentan los niveles de colesterol HDL, al igual que la cocción con aceite de oliva, canola o cacahuete. Todos estos aceites contienen grasas monoinsaturadas y poliinsaturadas, que aumentar la buena forma de colesterol en proporción al tipo malo, o colesterol LDL, señala la Clínica Mayo.
Todas las dietas saludables incluyen cierto grado de grasa, hasta un 35 por ciento de la ingesta calórica. Sin embargo, alrededor del 80 por ciento de la ingesta de grasas debe provenir de fuentes de grasas poliinsaturadas y monoinsaturadas. Las grasas saturadas y las grasas trans elevan los niveles de colesterol LDL y causan daños en los vasos sanguíneos, según lo declarado por la Clínica Mayo.
Las nueces de Brasil, las almendras y las nueces son solo algunos de los tipos de nueces que contienen las grasas adecuadas para aumentar el colesterol HDL. Los ácidos grasos omega-3 están presentes en la linaza, el aceite de linaza, los suplementos de aceite de pescado y los pescados grasos como la caballa, el salmón y el atún. Los granos integrales, como los que se encuentran en la harina de avena, cebada y salvado de avena, contienen fibra soluble que aumenta la proporción global de HDL a LDL al eliminar el colesterol LDL del tracto gastrointestinal. Este tipo de fibra absorbe las grasas y el colesterol, llevándolos a través del intestino y como parte de las heces, de acuerdo con la Clínica Mayo.
Además de los cambios en la dieta, otros cambios en el estilo de vida pueden ayudar a aumentar el HDL, según la Clínica Mayo. Se recomienda a los pacientes que hagan ejercicio vigorosamente durante al menos 30 minutos cinco veces por semana. Perder peso y dejar de fumar también aumenta los niveles de HDL. Si bebes alcohol, consúmelo con moderación; esto significa una bebida por día para mujeres y dos por día para hombres.
Tanto hombres como mujeres deben apuntar a un nivel de HDL de más de 60 miligramos por decilitro, según la Clínica Mayo. La HDL también se conoce como "colesterol bueno" porque ayuda a transportar el colesterol de la sangre al hígado para que no se acumule en las paredes de las arterias y provoque un ataque cardíaco o un derrame cerebral.