Es recomendable esperar al menos dos semanas después de hacerse un nuevo tatuaje antes de ingresar a una piscina. Las piscinas pueden contener sustancias químicas o bacterias dañinas que representan un riesgo para la técnica y podrían causar una infección.
Los químicos para piscinas, como el cloro, son demasiado fuertes para un tatuaje nuevo y pueden dañar el arte. Las piscinas y los jacuzzis también albergan bacterias que podrían ingresar al cuerpo a través del área recién tatuada. Para aquellos que disfrutan nadando, es una buena idea esperar hasta después de los cálidos meses de verano para hacerse un tatuaje. Cualquier lavado de un nuevo tatuaje debe ser lo más suave posible, idealmente usando solo los dedos y un jabón muy suave.
Un tatuaje nuevo es esencialmente una herida abierta y cicatrizada que requiere tomar precauciones para prevenir infecciones. La limpieza es importante para los tatuajes nuevos, por lo que es necesario exponerse al agua. Por ejemplo, ducharse
está bien, y es recomendable, con un nuevo tatuaje siempre y cuando el agua solo toque el tatuaje indirectamente. Empapar un nuevo tatuaje, ya sea en un baño, en un jacuzzi o en una piscina, es potencialmente peligroso. Parte del peligro es simplemente un riesgo de daño para el arte en sí. El agua caliente en una bañera de hidromasaje o baño hace que los poros se abran, lo que proporciona un medio para que la tinta fresca se escape.