Las montañas son importantes porque influyen en las condiciones climáticas regionales y globales y en el clima. Proporcionan a los seres humanos medicamentos, alimentos, biodiversidad, energía y agua dulce. Las montañas brindan un hogar a 720 millones de personas, según el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo.
Miles de millones de personas que viven en tierras bajas se benefician de las montañas. Son las fuentes de los ríos principales y pequeños en la Tierra. Las montañas también desempeñan un papel importante en el ciclo del agua porque capturan la humedad de la atmósfera y la liberan en forma de nieve o agua, que es esencial para las industrias, los asentamientos y las actividades agrícolas río abajo. El agua de las montañas también se utiliza para generar energía hidroeléctrica. La energía renovable de las montañas promueve el desarrollo económico, especialmente en las zonas rurales.
En los países en desarrollo, el combustible de madera de las montañas es la principal fuente de energía para los asentamientos. La madera de montaña proporciona madera para uso local y exportación. Las montañas son centros de biodiversidad, porque tienen diversidad vegetal, de cultivos y animal. También son fuentes de alimentos silvestres, como hongos, aves y caza. Las montañas también proporcionan terreno para actividades recreativas, deportivas y turísticas.
Sin embargo, las montañas son propensas a la degradación de la tierra, el cambio climático, los desastres naturales y la deforestación. Sus poblaciones a menudo sufren de pobreza, marginación y falta de acceso a servicios de educación y salud.