La calibración de los instrumentos científicos, como los termómetros y las pipetas, garantiza que estos instrumentos brinden los resultados precisos necesarios. En medicina, el estándar de atención al paciente requiere una instrumentación precisa. En la investigación científica, la calibración del instrumento, rastreable a las normas ISO, permite a otros recrear el experimento para verificar los resultados.
Los fabricantes de dulces saben que los termómetros que usan cambian con el tiempo. Un cambio de solo 5 grados es suficiente para dar como resultado un lote fallido de caramelos. En el laboratorio moderno, muchos instrumentos son de naturaleza electrónica.
Según la National Instrument Corporation, "la precisión de los componentes electrónicos utilizados en todos los instrumentos aumenta naturalmente con el tiempo". La calibración y el ajuste de un instrumento corrige dicha desviación electrónica, lo que garantiza la precisión. Los instrumentos no electrónicos también cambian con el tiempo. Un buen procedimiento de laboratorio requiere la calibración de todos los instrumentos nuevos y la recalibración a intervalos regulares. Los instrumentos utilizados regularmente a menudo requieren recalibración después de un número específico de horas de funcionamiento. El procedimiento adecuado también requiere la calibración de los instrumentos sujetos a golpes o vibraciones anormales. Además, los resultados cuestionables requieren recalibración. Algunos instrumentos permiten al usuario realizar ajustes para garantizar que el instrumento entrega una cantidad precisa. Una vez que se completa el ajuste, el usuario vuelve a calibrar el dispositivo. En otros casos, los instrumentos desajustados requieren reparación o reemplazo de fábrica.