Se cree que romper un espejo causaría siete años de mala suerte porque el alma de la persona que rompió el espejo quedaría atrapada adentro. Se dijo que la superstición provenía de los romanos quienes fueron el primer grupo de personas en crear espejos de vidrio.
Muchas culturas, incluidas las griegas, chinas, africanas e indias, creían que un espejo tenía la capacidad de confiscar parte del alma del usuario. Un espejo roto indicaría un alma rota. Si alguien rompe un espejo, es mejor tener cuidado de que nadie se corte por los fragmentos de vidrio roto.