La razón más común por la que Internet Explorer se apaga inesperadamente es que el programa debe actualizarse. Para buscar actualizaciones, busque la opción "Buscar actualizaciones" en el menú Inicio. Si se necesita una actualización, siga las instrucciones para actualizar Internet Explorer. Si la actualización soluciona el problema, cambie la configuración en la computadora para instalar actualizaciones automáticamente en el navegador para evitar problemas futuros.
Si esto no soluciona el problema, es posible que la conexión a Internet sea débil o que el sitio web que se está visitando tenga problemas. Otra posible razón por la que Internet Explorer puede dejar de funcionar inesperadamente es que la computadora ha sido infectada con un virus o malware. Ejecute una verificación de virus y use un programa antimalware para verificar si la computadora tiene problemas.
También es posible que los complementos hagan que Internet Explorer se bloquee. Algunos complementos entran en conflicto entre sí, así que elimine cualquier programa de terceros innecesario de la computadora. Además, elimine el historial del navegador y borre las cookies del disco duro. Si esto no soluciona el problema, reinicie Internet Explorer. Si todo lo demás falla, elimine Internet Explorer de la computadora y vuelva a instalarlo. Asegúrese de guardar los archivos y marcadores temporales antes de eliminar el navegador.