En su esencia, el hábito es un signo visible de la completa consagración de la monja a Dios y la unidad con otras monjas en una comunidad religiosa. Como diferentes órdenes de monjas tienen diferentes hábitos, el hábito de cada orden sirve. para distinguir la comunidad de otras órdenes y resaltar las características de cada orden.
Como la vida religiosa es, en cierto sentido, una renuncia a las cosas buenas del mundo por el bien del cielo, el atuendo distintivo de una monja destaca esta nueva forma de vida. El hábito también muestra la naturaleza pública del compromiso de la monja con Dios, y aquellos hábitos que cubren todo el cuerpo simbolizan la consagración de toda la persona tanto a Dios como a la humanidad. Las monjas en algunas órdenes usan sus hábitos todo el tiempo, lo que simboliza que su forma de vida no es simplemente un trabajo de día o algo temporal.
Las distinciones entre los hábitos de diferentes órdenes de monjas o hermanas resaltan aspectos importantes de cada orden. Los carmelitas se visten de marrón para representar tanto la virtud de la humildad como la madera de la cruz sobre la cual Jesús fue crucificado. Las hermanas adoradoras del corazón real de Jesús se visten de azul en honor de María, la madre de Jesús.