Las hojas de hibisco se vuelven amarillas en respuesta al estrés o como parte del ciclo de vida natural de la planta. Las hojas viejas se vuelven amarillas y se caen naturalmente, pero a veces las hojas amarillas se deben al estrés causado por factores que deben ser identificado y eliminado.
Demasiada o muy poca agua puede causar hojas amarillas. Una planta de hibisco necesita abundante agua durante los días calurosos y soleados y puede necesitar agua más de una vez al día durante estas condiciones. El suelo debe mantenerse uniformemente húmedo pero no empapado.
El viento excesivo también puede estresar la planta. Es importante mantenerlo protegido de corrientes de aire y regarlo con más frecuencia en condiciones de viento. Si la temperatura desciende por debajo del punto de congelación, se debe llevar la planta al interior.
La luz también es importante. El hibisco prospera a plena luz del sol, y demasiada sombra puede hacer que las hojas se vuelvan amarillas. Una planta con hojas que son parcialmente verdes y amarillas puede sufrir una deficiencia de nutrientes llamada clorosis y necesita fertilizarse. Un pH del suelo que sea demasiado alto o demasiado bajo también puede estresar a la planta.
Si las hojas amarillentas se ven deformadas o punteadas, los insectos pueden ser el problema. El hibisco es especialmente susceptible a los ácaros, que se detectan al inspeccionar la parte inferior de las hojas. Los ácaros también dejan una sustancia blanca similar a una red en los tallos. Los ácaros se pueden lavar con agua jabonosa suave. Después, la planta debe rociarse suavemente para eliminar todo el jabón.