Las aves migran para aparearse, buscar comida, escapar de las inclemencias del tiempo, evadir a los depredadores y huir de las enfermedades. Las aves también emigran para criar a sus crías en un ambiente seguro.
Las aves migran cuando la comida es escasa. Las aves que permanecen en una sola área consumen gran parte de las fuentes de alimento en un área en particular, lo que las obliga a desplazarse hacia el norte hacia lugares donde hay más comida. Cuando la comida disminuye en el otoño, regresan a las condiciones más cálidas donde la comida es más abundante.
Las aves normalmente buscan refugio adecuado, seguridad, comida y áreas de reproducción adecuadas cuando se nutren de crías. Sin embargo, las aves adultas en su mayoría eligen estos lugares por el simple hecho de migrar de regreso a una región determinada, y las aves jóvenes pueden migrar solas cuando son capaces.
Poner los huevos a altas temperaturas puede ser peligroso para los polluelos, por eso los pájaros se desplazan hacia el norte. Las aves que viven en el Ártico también se mueven a áreas más cálidas cuando la temperatura cae.
Las aves ayudan a sus descendientes a sobrevivir al escapar a lugares donde los depredadores no son tan frecuentes. También pueden mantenerse alejados de lugares con abundante comida porque puede haber más depredadores presentes. Los adultos también se trasladan a otros lugares para escapar de enfermedades que pueden propagarse dentro de las colonias. Mudarse a otro lugar reduce la posibilidad de contagiar enfermedades a los pollitos recién nacidos.