Si sus rábanos están floreciendo, es probable que se hayan ido a la semilla, también conocida como atornillado, y que hayan comenzado a crecer como cualquier otra planta. Muchas verduras y hierbas tienden a hacer esto debido al clima cálido.
Si los rábanos se siembran en verano o al final de la primavera, es muy probable que se planteen y crezcan para florecer. Después de que se han ido a la semilla, los rábanos se vuelven prácticamente incomibles. Se vuelven amargos y suelen adquirir un sabor y textura leñosos. Es posible evitar que esto suceda, o al menos desalentarlo, manteniendo los rábanos en condiciones frescas y húmedas.