El estudio de la ética permite una evaluación sistematizada del valor de las acciones y los afectos humanos. La ética busca discernir cuál es el mejor curso de acción en cualquier situación dada. Su importancia práctica radica en su capacidad para crear un estándar para que las personas puedan sostenerse unas a otras.
El enfoque principal de la ética es determinar la conducta correcta e incorrecta, tanto en teoría como en situaciones específicas. Si bien los temas de ética a menudo se debaten, los imperativos éticos primarios, como no cometer un asesinato, pueden codificarse en ley, lo que permite un estándar de justicia. Aplicada en la práctica, la ética es importante porque brinda a los individuos una base sobre la cual elogiar o denunciar una acción y castigarla o recompensarla.
Sin el estudio de la ética, no puede haber gobierno ni ley. Sin un sistema ético en su lugar, todas las acciones son igualmente aceptables y nadie está a salvo de su prójimo. La ética no solo es importante para las relaciones interpersonales, sino que también lo es para el medio ambiente y la forma en que los humanos tratan a los animales. La ética busca proteger a las partes que no pueden hablar por sí mismas. Es un factor importante en las industrias relacionadas con el ganado, los animales silvestres y los recursos naturales.