La cartografía es importante porque permite a los humanos comprender y analizar las relaciones espaciales y tomar decisiones basadas en esas relaciones. Los mapas afectan la distribución de los recursos naturales, el transporte, el socorro en casos de desastre y la planificación urbana. La cartografía es el estudio y la práctica de hacer mapas.
En el sentido más básico, la cartografía permite a los humanos crear repeticiones abstractas de espacios físicos, que se pueden utilizar para comprender mejor esos espacios. Los mapas permiten a los humanos orientarse a una ubicación y entender la forma más eficiente de viajar entre espacios. Los mapas también ayudan a transmitir información sobre lo que se encuentra en diferentes espacios, ya sea una tienda o un río.
A mayor escala, la cartografía ayuda a los humanos a utilizar el conocimiento espacial para organizar mejor los diferentes aspectos de la sociedad. Mucho más allá de las ciudades, cordilleras y ríos, los mapas pueden representar la población, los recursos naturales y los sistemas de transporte. Los mapas permiten a los humanos tomar decisiones informadas y eficientes sobre la distribución de recursos, como oleoductos o líneas eléctricas. Los mapas también ayudan con las decisiones de planificación urbana, como las nuevas líneas de transporte público.
Un ejemplo del uso de la cartografía se encuentra en el campo de la ayuda en casos de desastre. En el caso de un desastre natural, como un tsunami o un terremoto, las agencias de ayuda utilizan mapas para evaluar rápidamente la situación, determinar las rutas de ayuda y estar al tanto de los cambios en el terreno. Los planificadores gubernamentales también usan mapas para determinar las rutas de escape designadas para situaciones de desastre.