El fuego es el resultado de una reacción química llamada combustión, un tipo de reacción de oxidación que se produce cuando un combustible combustible se expone a una fuente de calor en presencia de oxígeno. La oxidación de las moléculas que componen el combustible es una reacción exotérmica, lo que significa que libera energía.
Cuando la madera se calienta a unos 300 grados Fahrenheit, el calor comienza a descomponer la celulosa, liberando gases volátiles. Cuando los gases alcanzan aproximadamente 500 grados Fahrenheit, las moléculas compuestas comienzan a romperse y se recombinan con oxígeno para formar dióxido de carbono y otros productos. Este proceso se llama oxidación, y el calor es un efecto secundario del proceso. El calor generado por la violenta oxidación de la madera u otros combustibles se ve y se siente como fuego. Este calor suele ser suficiente para encender otros combustibles, lo que hace que el fuego sea un proceso autosostenible.