Las flores de orquídeas vuelven a crecer muy lentamente, incluso en condiciones ideales. Las espigas florales se desarrollan con la fertilización adecuada, la luz y el agua. La planta también necesita temperaturas nocturnas frescas y una poda adecuada.
Fertilice las orquídeas una vez al mes. Necesitan 12 horas de luz fuerte e indirecta cada día. Si los días son largos y calurosos, riegue la planta cada cinco días. Si hace más frío, riegue con menos frecuencia. Exponer la orquídea a cuatro semanas de 55 grados de temperatura en la noche ayuda a estimular nuevas floraciones. Quite los tallos de flores gastadas cortándolos por encima de un nodo pero por debajo de la flor más baja. Una nueva rama floreciente puede crecer a partir de ese punto.