El Reino del Terror fue un suceso sociopolítico complicado que surgió como una reacción a la opresión, pero que adoptó muchas de las tácticas de ese mismo sistema opresivo, por lo que su justificación o falta de ella es en gran medida una cuestión de opinión. /strong> No se puede negar que se provocó el Reinado del Terror, pero las posiciones morales difieren en su rectitud.
Los excesos de la nobleza en la Francia pre-revolucionaria fueron una fuente de enorme frustración tanto para los intelectuales como para los trabajadores. Esta frustración hirviente llevó a la Revolución francesa y, en el caos que siguió a esa revolución, sus líderes tomaron medidas extremas para imponer su ideología y perseguir sus vendettas personales. La violencia que siguió fue extrema y, para el final del Terror, más de 40,000 personas habían sido ejecutadas, muchas de ellas sin juicio.
El Terror no siguió una línea ideológica coherente, ni permitió el debido proceso ni incluso persiguió a un solo grupo. Muchas de las personas que perdieron la vida en la guillotina no eran nobles ni comerciantes adinerados, sino simplemente ciudadanos comunes. Esto da peso a los argumentos en contra de la justificación del Terror.
El Terror era un régimen fundamentalmente reaccionario. Persiguió la estabilidad a través de la violencia y se desestabilizó rutinariamente con las luchas internas entre sus líderes. Al final, destrozó el país y allanó el camino para la dictadura de Napoleón.