Las características físicas y la apariencia de Jesús son desconocidas. Aunque muchas fuentes lo representan como un hombre blanco, dada la región del mundo en que vivía y la población de la época, es más probable que tuviera la piel oscura.
El Nuevo Testamento solo describe la aparición de Jesús después de que él haya resucitado. Los evangelios de Lucas y Mateo también afirman que él era judío. A pesar de la falta de evidencia histórica para apoyar la idea, se cree que Jesús fue blanco y no semítico, y hay muchos retratos artísticos de esta naturaleza.