Tres objetivos de una economía saludable son el crecimiento, el empleo elevado y la estabilidad de precios. El producto interno bruto de una economía mide su crecimiento. La tasa de desempleo del departamento de trabajo mide el empleo de una economía, y la inflación o deflación mide la estabilidad de precios de una economía.
Otras políticas para mantener una economía saludable incluyen tasas de interés estables, un presupuesto equilibrado y una balanza comercial favorable con otros países. El desarrollo económico es el acto de establecer y alcanzar objetivos y crear una política para el desarrollo de una economía saludable. El desarrollo económico requiere el esfuerzo concertado de expertos financieros y funcionarios federales y comunitarios para crear y mantener una economía saludable.