Una historia de misterio tiene cinco elementos esenciales, que incluyen los personajes, el escenario, la trama, el problema y la solución. Por separado, estos son importantes, pero también deben interactuar de una manera lógica e interesante. para el lector.
Los personajes son las personas involucradas en configurar y desentrañar el misterio. Hay uno o más personajes principales en los que se centra la historia, así como personajes secundarios que ayudan o dificultan al personaje principal. Los caracteres menos esenciales a veces proporcionan información de fondo o agregan color.
La configuración incluye la ubicación y la hora de la historia. A menudo, la configuración se describe en detalle porque contiene pistas valiosas que los personajes necesitan para resolver el misterio.
La trama es como un mapa para la historia, e incluye un principio, medio y final. A medida que la trama avanza, se revela más información sobre el misterio. Esto ayuda a los lectores a comprender lo que está sucediendo para resolver el misterio por sí mismos.
El centro de un misterio es el problema. Esto suele ser un delito, pero no siempre, como un asesinato, un robo o un secuestro. El problema se presenta al principio de la historia y uno o más de los personajes tienen la responsabilidad de tratar con él. Durante la trama, se introducen pistas que proporcionan información sobre el problema, como por qué ocurrió y quién lo causó. A veces, aparecen "pistas falsas", que son pistas falsas, y dejan a los lectores e investigadores fuera de la pista por un tiempo.
Finalmente, el misterio debe tener una solución. Al menos un personaje junta todas las piezas que forman parte del problema. Esto ocurre porque todas las pistas necesarias están ocultas a lo largo de la trama, disponibles tanto para los investigadores como para los lectores.