Según el Open Access Journal of Sports Medicine, los impactos negativos de los deportes en los niños son extensos. Los niños enfrentan mayores riesgos de lesiones físicas y estrés psicológico que no son lo suficientemente maduros para manejar.
Los atletas jóvenes tienen más probabilidades de experimentar lesiones traumáticas y por uso excesivo debido al aumento en la participación deportiva y los ciclos de crecimiento intermitentes. El Diario de Acceso Abierto de Medicina Deportiva establece que los atletas jóvenes experimentan fracturas óseas en áreas que no han completado el proceso de crecimiento. Los músculos no pueden mantenerse al ritmo del crecimiento de los huesos, lo que lleva a la tensión a través de las placas de crecimiento y los huesos débiles. Los atletas jóvenes pueden tener una flexibilidad, coordinación y equilibrio disminuidos que pueden conducir a más lesiones relacionadas con el deporte.
El trauma psicológico acompaña a los niños expuestos a la participación deportiva continua. Los atletas jóvenes pueden sufrir de agotamiento, aislamiento social, desgaste y problemas psicosociales. Los niños pueden sufrir depresión y cambios de humor cuando participan en múltiples deportes sin tiempo de inactividad. La agresiva cultura deportiva juvenil se atribuye también a los niños con baja autoestima. El Open Access Journal of Sports Medicines cita que los entrenadores que llaman nombres a los niños y los padres que muestran su decepción llevan a un severo impacto negativo en los niños más tarde en la vida. La disminución de la diversión y el aumento de la competencia dan como resultado un comportamiento social negativo.