Las soluciones a la presión de los compañeros incluyen tomar medidas personales al enfrentar a los agresores y decirles que no, obtener el apoyo de amigos afines para abogar contra el comportamiento inmoral e impropio y hablar con maestros, consejeros y padres sobre las presiones de otros estudiantes. Tanto los individuos como los grupos resisten la presión de los compañeros. Los estudiantes individuales pueden reducir las presiones negativas de los compañeros de clase escuchando los instintos y los sentimientos viscerales, respondiendo a las acciones intimidatorias con una postura asertiva y alejándose de situaciones potencialmente dañinas.
La presión de los compañeros se refiere a personas, incluidos niños, adolescentes y adultos que intentan influir en los pensamientos, comportamientos y acciones de los demás. En entornos escolares, los estudiantes aprenden unos de otros intercambiando diferentes tipos de información. Esta información incluye conocimientos intelectuales, prácticas culturales tradicionales y comportamientos sociales.
Los seres humanos, como criaturas sociales, naturalmente se esfuerzan por encajar en grupos de personas de ideas afines. Para ello, adoptan comportamientos de los demás a su alrededor, buenos y malos. Incluso si se oponen a ciertas acciones de riesgo, los estudiantes pueden ceder a la presión de los compañeros. Los estudiantes pueden compensar la presión negativa de sus compañeros al elegir amigos que no adoptan malos comportamientos como fumar, cortar clases y mentir a los maestros y padres. Los estudiantes también usan el poder de la presión positiva, como unirse a equipos deportivos y clubes, para practicar comportamientos morales encomiables. La adopción de comportamientos positivos a su vez establece ejemplos positivos para otros y reduce la presión negativa de los compañeros.