Las obras de arte barrocas muestran características como la grandeza y la sensualidad, junto con el naturalismo o el realismo. Este tipo de ilustraciones es un reflejo de los profundos cambios políticos y culturales que ocurrieron en toda Europa en el siglo XVII. Las ilustraciones barrocas presentan un contraste dramático entre la luz y la oscuridad, así como la luz y la sombra.
El arte barroco se manifestó en Europa durante el siglo XVII. Los pintores barrocos querían crear emociones a través de sus obras de arte de manera dramática. Este tipo de arte está asociado con el movimiento cultural entre el renacimiento católico y la contrarreforma. Los que querían reformarse pertenecían al movimiento protestante y creían en la autodeterminación personal. Las autoridades de la iglesia utilizaron obras de arte religiosas para mostrar el dogma teológico católico, mientras que los reformadores apoyaron las obras de arte decorativas.
Artistas como Caravaggio, Rembrandt, Rubens y Poussin contribuyeron al período barroco utilizando la iluminación de claroscuro para dramatizar escenas. A diferencia de la obra de arte del Renacimiento, la obra de arte barroca a menudo mostraba acción en el momento en que sucedía. Un ejemplo del arte barroco se puede ver en "El descenso de la cruz" de Rembrandt, que retrata una dramática escena religiosa enfatizada por el uso de la luz y la sombra.
Un tema común utilizado por los artistas durante el período barroco fueron las figuras divinas que intervienen en la tierra. Estas escenas fueron descritas como milagrosas y pretendían ser emocionalmente persuasivas para sus espectadores.