Todos los animales herbívoros son interdependientes con los animales polinizadores, ya que los primeros mantienen el crecimiento de las plantas bajo control y los últimos propagan ese crecimiento. Hay muchos animales interdependientes, pero un ejemplo común es la relación entre el antílope y abejas.
Los seres humanos dependen de los animales como fuentes de alimento, muchas poblaciones lo son exclusivamente. Los humanos pueden depender del acceso al mar para pescar, o del acceso a manadas de animales domesticados para carne y otros productos. Los animales domesticados dependen de sus cuidadores humanos para sobrevivir, ya que muchos carecen de la ferocidad y la astucia para sobrevivir en la naturaleza.
Muchos otros sistemas de interdependencia existen en la naturaleza. Las plantas y los organismos que respiran oxígeno son interdependientes porque las plantas prosperan con el dióxido de carbono emitido por los animales, mientras que los animales dependen del oxígeno emitido por las plantas. Esta es una clara expansión de la idea de que los animales forman relaciones interdependientes a través de los procesos de evolución. Un entorno singular da forma a sus ocupantes en líneas similares y, a veces, obliga a la interdependencia para garantizar la supervivencia mutua.
Las redes alimenticias son diagramas gráficos que ilustran las conexiones y dependencias entre organismos. Cuando se crea un circuito de retroalimentación, ilustra la interdependencia entre organismos o grupos de organismos. La naturaleza es un sistema complejo con un gran número de organismos participativos.