Para limpiar las perlas cultivadas amarillentas, use un paño suave y húmedo y use un limpiador de perlas. Otros limpiadores de joyas y jabón líquido pueden dañar aún más las perlas.
El amarilleo de las perlas puede ser causado por la edad, el cuidado inadecuado o la exposición a materiales dañinos, como perfumes y lacas para el cabello. La mejor manera de asegurarse de que las perlas estén en su mejor condición es lavándolas con un paño suave y húmedo después de cada uso. Si se vuelven demasiado amarillentos, se recomienda llevarlos a un joyero que se especialice en la reparación de perlas.
Nunca uses amoníaco o cloro para limpiar las perlas, ya que pueden dañar rápidamente las perlas y hacer que sea casi imposible repararlas. En su lugar, tratar de usar un toque de aceite de oliva puede ayudar a restaurar el brillo natural de las perlas.