Considere el color que se usará en las paredes del santuario; los colores claros crean una atmósfera de redención y santidad, mientras que los colores más oscuros dan al espacio un ambiente más reservado. Trate de equilibrar los tonos de la tierra pacíficos con tonos más brillantes, para dar al espacio un poco de emoción. El color también puede centrar la atención en los puntos focales de la habitación, como la fuente. Los acabados semibrillantes y de cáscara de huevo son preferibles a los acabados planos, ya que son más fáciles de limpiar.
Reemplace las luces fluorescentes con bombillas de color amarillo, para un ambiente más acogedor. Las luces fluorescentes pueden ser duras y crear un ambiente estéril donde sea que se usen. Use los interruptores de atenuación para cambiar el estilo de iluminación durante el servicio, por ejemplo, atenuar las luces durante la oración e iluminarlas cuando las personas entran y salen del santuario.
Considere la ubicación y el espacio de la silla para permitir un fácil acceso para los miembros de la congregación. Coloque las sillas en secciones alrededor del escenario para que sea fácil para las personas ir y venir, y asegúrese de que haya suficiente espacio entre filas para que las personas se sientan cómodas.
Si la iglesia tiene espacios para jóvenes y niños, considera decorarlos con colores brillantes para crear una sensación de energía. Los requisitos de cada iglesia son diferentes, por lo que es importante consultar con la administración y la congregación antes de implementar cualquier cambio.