Una esmeralda real irradiará luz verde cuando se coloque en una olla de vidrio llena de agua, mientras que una imitación no lo hará. Otra forma de notar la diferencia es colocar una gota de agua sobre la piedra. Si se extiende, la esmeralda no es real.
Las esmeraldas siempre deben ser de color medio a verde oscuro. Los colores más claros no se consideran esmeraldas, sino que se llaman berilo verde. Al igual que con otras gemas, el valor de una esmeralda disminuye si hay defectos visibles que afectan la claridad y la transparencia de la piedra. Generalmente, cuanto más grande es la esmeralda, más costará. Las esmeraldas son difíciles de cortar porque contienen muchas grietas muy pequeñas que las hacen propensas a romperse.
Las esmeraldas sintéticas o hechas por el hombre generalmente se venden entre $ 500 y $ 1,000 por quilate, lo que es extremadamente bajo para este tipo de piedra. Para muchos, esto puede ser una señal de que la piedra en cuestión no es una esmeralda genuina. Muchos vendedores intentarán pasar una piedra sintética como real porque la composición química de las dos piedras es muy similar.
Además de las pruebas enumeradas anteriormente, la única forma real de descubrir si una esmeralda es natural o sintética es llevársela a un gemólogo para la prueba.