Francia no tiene una religión oficial del estado, pero una gran mayoría de los habitantes del país se identifican como católicos romanos. El islam y el protestantismo son las religiones segunda y tercera del país, y también hay un gran número de personas que no se adhieren a ninguna religión.
A pesar de que el catolicismo romano es la religión más grande del país, el lema oficial del país de "Liberté, égalité, fraternité", que se traduce como "libertad, igualdad y fraternidad", no da preferencia particular a ninguna religión. Este lema tiene sus orígenes en el siglo XVIII durante la Revolución Francesa, un período que cambió profundamente el carácter nacional del país. Como tal, todos los ciudadanos bajo la ley francesa se consideran iguales, independientemente de la religión.
Aunque el catolicismo romano es la religión dominante en Francia, también hay personas que practican otras religiones. Aproximadamente el 2 por ciento de la población francesa es protestante y el 7 a 8 por ciento son musulmanes practicantes. Francia también alberga a un puñado de personas que son judías o se identifican con la fe bahá'í. Solo el 4 por ciento de la población no reclama ninguna preferencia religiosa, una estadística que muestra cuán importante es la religión para los franceses.