Un monzón es una inversión estacional del viento, mientras que un huracán es una tormenta organizada con una presión muy baja. Los monzones suelen ocurrir en el sudeste asiático y Australia, así como en África occidental. Por el contrario, los huracanes ocurren en los océanos Atlántico y Pacífico y afectan a Asia oriental y ambas costas de América del Norte.
Los monzones se producen debido a una fuerte diferencia de temperatura entre la tierra y el océano. Los monzones son eventos regulares y repetitivos que hacen que el clima en las áreas afectadas fluctúe entre muy seco y muy húmedo. Esto hace que las áreas que están sujetas a los monzones reboten de un lado a otro entre una estación muy seca con poco crecimiento vegetativo y una estación muy húmeda, en la que las plantas crecen de manera más rápida y más generalizada.
Los huracanes son depresiones tropicales que eventualmente desarrollan vientos con velocidades que superan las 74 millas por hora. Los huracanes más comunes se forman en el Océano Atlántico Sur y avanzan a través del mar. Eventualmente, los huracanes pueden llegar a la tierra y causar una destrucción grave. Además de los vientos fuertes, los huracanes también acarrean cantidades considerables de lluvia, rayos y granizo. Los huracanes ocurren con mayor frecuencia en el verano, pero también ocurren esporádicamente, a diferencia de la ocurrencia regular de monzones.
