Los sólidos se definen como sustancias que conservan su forma, incluso cuando no están confinados. Las sustancias generalmente asumen el estado sólido de estar a temperaturas más bajas que cuando son líquidos, gases o plasmas.
Por ejemplo, un trozo de hielo conserva su forma incluso cuando no está en un recipiente. Sin embargo, si la temperatura aumenta, el hielo comenzará a derretirse y se convertirá en líquido. Los líquidos no conservan su forma cuando están fuera de un recipiente, por lo que el agua tenderá a escaparse del hielo. Si la temperatura se calienta aún más, el agua tomará la forma de un gas. Los gases tienen incluso menos forma que los líquidos, y el gas puede incluso elevarse en el aire.
Muchos elementos ocurren naturalmente en el estado sólido, incluyendo oro, carbono, sodio y plata. Sin embargo, el término "sólido" se aplica tanto a los productos químicos puros como a los compuestos y mezclas. Por ejemplo, el agua ocurre como las tres formas principales de materia en diferentes lugares del mundo. La forma sólida del agua, también conocida como hielo, se produce en lugares donde la temperatura es lo suficientemente fría como para que las moléculas se muevan muy juntas y se bloqueen en su lugar.
Algunos sólidos exhiben una estructura cristalina a nivel molecular. Esto le da a algunos de estos materiales, como los diamantes, una fuerza notable. Sin embargo, muchos sólidos cristalinos son propensos a fracturarse en un solo plano o superficie.